sábado, 21 de marzo de 2009

La argentina…Una gran peluquería



A lo largo de esta semana hemos visto por televisión una gran discusión en torno a la pena de muerte, de su aplicación; en qué casos debe utilizarse; quienes la deben aplicar; etc, etc. Pero en muchos casos quienes la proponen son personajes mediáticos sin ninguna preparación ni capacitación que respalden sus dichos. Se presentan como grandes pensadores del postmodernismo. Y nosotros creemos en sus dichos simplemente porque salen en la televisión o en algún medio de comunicación. Lo peligroso de todo esto no es su opinión que es tan valida como de cualquier ser humano, sino, su soltura; esa manera simple de decir las cosas como si estuviéramos en una charla de peluquería; sin medir consecuencias. Yo no soy un especialista en derecho penal y el 99% de los que salen por televisión tampoco. Pero hablan y dicen…Y a veces ese decir es el problema. Siempre se apegan al sentido común; ese maldito sentido común que es el camino al error seguro. Porque para el sentido común la ballena es un pez y la tierra es plana (algún día ahondare en este tema).

Muchas veces los medios de comunicación son utilizados como un bar. Donde se juntan amigos para hablar de cualquier cosa y muy sueltos de ropa, dar opiniones de cualquier asunto, desde la pena de muerte hasta de que show de revista teatral llevó más espectadores. Y no están en un bar sino en un espacio que llega a millones de personas que mastican esas conversaciones y la hacen propias.

Obviamente, todos queremos más seguridad. Pero se conseguirá con políticas a largo plazo. No existe el pase mágico que haga desaparecer más de 30 años de desidia educativa, económica y social. Nos da miedo que nos afanen, pero estos tipos que salen a hablar también.

Otro problema de los medios es la elección de los temas a discutir. A diferencia de la peluquería en la cual tenemos un cierto libre albedrío. Los medios nos imponen los temas de discusión. ¿Quién demonios fue el que nos dijo que habláramos de la pena de muerte? Y esto me lleva a otro tema. La prostitución de las encuestas de opinión publica. El famoso llame, vote y corte. Sus resultados son utilizados como una verdad absoluta; Sin ningún rigor científico son llevadas a la mesa de la discusión. Sin pensar que hay profesionales que se especializan en confeccionar dichas encuestas. Esa utilización falaz tergiversa el pensamiento. En cualquier medio se dice un porcentaje a favor y en contra de algo, sin detallar como se llego a esa conclusión; que personas fueron encuestadas; su nivel sociocultural; si son hombres o mujeres; edades; Bah el simple muestreo. No quiero desilusionar a estos comunicadores, pero esas encuestas son una basura que contribuye a la gran confusión general.

Tengo miedo porque estamos llegando a un estado casi fascista. En el cual las formas de actuar y de pensar son impuestas. Hoy es la pena de muerte, mañana será si la forma de gobierno democrático es útil o debemos buscar otro. Tal vez exagero…pero tengamos mucho cuidado y pensemos un poco antes de hablar.


Hasta la vista


Baby Lanata


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